Para un balcón angosto y largo: Podés trabajar en dos filas, atrás con una planta monocromática como telón de fondo, y adelante con una o dos especies de plantas más decorativas, que sean las que llaman la atención, como una fila de cañas atrás y unas gramíneas o pennicetum villosum adelante. La clave es que el balcón esté plantado de punta a punta, con pocas variedades de especies. Para lograr eso podés trabajar con dos o tres plantas monocromáticos parecidas, e iluminarlo de noche. Si no hay mucho espacio en el piso lo mejor es intervenir una pared con plantas colgantes.
Para un balcón chiquito: Una buena opción es llenarlo de macetas de distintos tamaños y formas, una al lado de la otra, y dejar apenas un espacio para salir a regar o para una silla chiquita. Podés reciclar ollas, o pintar macetas de distintos colores. Animate a jugar con las alturas, hacer una tarima o colgar macetas del techo. Este espacio es ideal para poner mucha creatividad. Armá una buena colección de cactus en una mesa o repisa, y poné plantas suculentas en macetas cancheras.
Para una terraza o balcón ancho: Podés jugar con macetas de barro y redondas, y poner plantas de flores, como la salvia, la salvia comestible, salvia indigo blue, o plantas aromáticas, como orégano, romero y tomillo. Otra planta que funciona muy bien y se usaba en las terrazas viejas son los malvones. Si hay un sector de sombra aprovechalo con jazmines, o dama de noche que tiene mucho perfume. Si hay mucho sol incorporá las plantas suculentas, como el aloe vera, o plantas carnosas como la beschorneria o los cactus, que se pueden coleccionar en una mesa. También podés armar una huerta aromática en algún rincón.
Más ejemplos: Pinterest daleARTE/Balcones
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